domingo, 12 de octubre de 2008

En defensa de la verdadera devoción de María Nunquam Satis

Como lo definió certeramente SAN BERNARDO DE CLARAVAL, doctor de la Iglesia: “DE MARÍA NUNQUAM SATIS”, de “María nunca se hablará lo suficiente”. Nunca se exaltará bastante a Nuestra Señora para poder apreciar, con justicia y exactitud, su bondad, su belleza, su grandeza, su poder. Ningún hombre, ningún ángel siquiera, puede medir y expresar la excelsitud de la Santísima Virgen María. “Por la Santísima Virgen, JESUCRISTO vino al mundo y también Ella debe reinar en Él”. (San Luis María Grignion de Monfort: “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen”, Ed. Roma, Buenos Aires, 1973. Introducción, pág. 11).

Es tal el poder de la Madre de Dios que, con propiedad, se la denomina Omnipotencia Suplicante, pues sus ruegos TODO lo pueden ante el Altísimo. Ella es Mediadora de TODAS las gracias; ninguna gracia es dada por Nuestro Señor JESUCRISTO sin que pase por sus manos. También es Corredentora del Género Humano, y es tan santa que excedía en gracia ya en el instante mismo de su Concepción, a lo acumulado por TODOS los ángeles y santos de todo tiempo y lugar.

DIOS TE SALVE MARÍA
MADRE DE DIOS

Tesoro venerado de todo el orbe
Antorcha inextinguible
Corona de la virginidad
Trono de la Doctrina Ortodoxa.

MADRE y VIRGEN
Por la que en el Evangelio es aclamado
Bendito Áquel que viene en nombre del Señor
Salve tú que viene en el nombre del Señor.
Salve tú que encerraste en tu seno virginal
Al que es inmenso e incomprensible
Por quien es adorada y glorificada.

LA SANTA TRINIDAD
Por quien la Cruz es celebrada
Y enaltecida en todo el mundo
Por quien se regocija el cielo.
Se alegran los Ángeles y los Arcángeles
Y se ahuyentan los demonios.
Por quien el tentador quedó vencido.
Y la naturaleza degradada
Fue ascendida al Cielo.

SAN CIRILO DE ALEJANDRÍA
En la cuarta homilía que pronunció durante el Concilio Ecuménico de Éfeso.

Diario Pampero nº 116 Cordubensis
Instituto Eremita Urbanus

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