miércoles, 30 de julio de 2008

Ideales de la edad media: El monacato cristiano

“El santo yace en su duro lecho; el viento del desierto silba por las rendijas de la cabaña, y el monje solitario – eremos: desierto – que la habita quiere rasgar con su mirada las espesas tinieblas...”

Aunque la cohorte de los mártires ocupe el lugar más eminente y sea celebrada en el oficio divino con el rojo púrpura de la pasión, otras son a las veces las leyendas que con mayor fuerza atraen a los religiosos: historias antiguas ermitaños y anacoretas, de SAN ANTONIO, SAN HILARIO, SAN MACARIO, SAN JERÓNIMO y otros muchos. También aquí hay luchas, la lucha del cuerpo contra el diablo; pero son los suyos voluntarios combates por domeñar la naturaleza humana, por el perfeccionamiento de uno mismo que alcanzan fantásticos extremos a tono con la fantasía oriental.

¡Cómo odiaron su propio cuerpo, cómo lucharon por dominarlos aquellos santos del yermo, demacrados, extenuados, perdidos en las ásperas soledades de Egipto y Siria! SAN ONOFRE, que sin más vestido que su propia cabellera y un cinturón de hojas, ni siquiera parecía un ser humano, alimentándose tan sólo con un par de racimos de dátiles que producía cotidianamente la palmera plantada frente a su mísera choza; SAN HILARIÓN, que, a pesar de su mala salud, aprendió a privarse de todo; vivía en una celda angosta como una tumba, jamás quebrantada el ayuno antes de la puesta del sol, no comía otra cosa que hierbajos y raíces, y vestía de tela de saco, sobre la que se ponía una pellica que SAN ANTONIO le había dado; SAN SIMEÓN ESTILITA, en fin, que se pasó la vida en lo alto de una columna, sin amparo contra el sol y las tormentas; sin lugar suficiente en que tenderse, y con una llaga abierta en el pie, llena de gusanos. (De este santo monje nos ocuparemos más adelante, in extenso).
Las necesidades y sensaciones del cuerpo son causa de vergüenza y afrentosa humillación. SAN ANTONIO, padres de los monjes orientales, rompe a llorar cuando se ve precisado a comer y envidia a los ángeles que no han menester de satisfacer esa necesidad ni otra alguna. Otros buscan sufrir más que hambre, diversidad de dolores y privaciones, como son el dormir sobre el duro suelo o hacerse despertar de hora en hora, durante la noche. Cierto anacoreta mató un mosquito que le incomodaba, y al meditar sobre la mortificación que con ello había rehuido, se arrojó a un pantano en que abundaban los tábanos venenosos.

Los santos se mantienen en continuo alerta para ahogar en sí el menor movimiento de la carne. SAN SISOES, por ejemplo, se gana el sustento tejiendo cestos que lleva luego a vender a la ciudad; pero como se encoleriza cuando no halla compradores para su trabajo, abandona para siempre, para no caer en el pecado de ira, su oficio. Un discípulo de SAN PACOMIO teje cierto día dos esteras, en lugar de una, como tenía asignad y siente deseos de ser alabado por su maestro; mas el santo lo descubre y dice secamente: “Este hermano se ha afanado desde la mañana hasta la noche para dar su trabajo al diablo”. Los ermitaños ejercitaban a los discípulos que les siguen, sometiéndolos a toda clase de sacrificios y desprendimientos; así, les hacen regar año tras año un bastón plantado en la arena, y contrarían en toda coyuntura sus deseos, humillándolos de continuo. La vida, tal como se le apareció a SAN ANTONIO en una de sus visiones, está sembrada de lazos y asechanzas que el diablo urde, en tal número que es cosa de preguntar al Cielo; con el Sant, qué manera habrá de evitarse; pero la respuesta del Cielo será siempre la que dio el mismo Santo: “con la humillación”. Así de SAN ANTONIO como de SAN SIMEÓN ESTILITA EL VIEJO se cuenta que creían ser sinceramiento los seres más abyectos y bajos de la creación, y ansiaban ser tratados con cruel desprecio. Por otra parte ya los filósofos paganos se ejercitaban en la disciplina de la humillación y adiestraban ella a sus discípulos. SAN JUAN ENANO, uno de los anacoretas de Egipto, solía contar de un filósofo que envío a uno de sus discípulos a trabajar por espacio de tres años en las canteras de mármol, entre los esclavos forzados, ordenándole que sufriese todos los insultos y humillaciones sin despejar siquiera los labios, antes bien dando dinero a quien más le agraviase. Cuando el discípulo, tras estas pruebas, regreso a Atenas, se reía de todos los ultrajes y desprecios que le inferían: “Ahora me dan gratis – decía – lo que antes me costaba dinero”.
Este perfeccionamiento no hacía más que irritar al diablo, y cuanto más se elevan los anacoretas, tanto mayores son los COMBATES ESPIRITUALES que de han de librar con los demonios. Cierto monje egipcio estuvo de noche en un templo pagano y presenció, sin ser visto, una reunión de diablos, una especie de conclave de Diablos, los cuales daban cuenta a su señor, de uno en uno, de cómo se habían ingeniado para tentar a los hombres. Algunos de ellos fueron azotados por no haber aprovechado suficientemente el tiempo; pero uno que había empleado cuarenta días consecutivos en tentar a un monje con pensamientos impuros, fue abrazado y besado por el propio Satanás. Como enjambre de abejas – así se cuenta en las Vidas – rodeaban los diablos a los anacoretas, que tan pronto los espantaban como los atormentaban.

El santo yace en su duro lecho; el viento del desierto silba por las rendijas de la cabaña, y el monje solitario – eremos: desierto – que la habita quiere rasgar con su mirada las espesas tinieblas, en cuyo seno descubre los ojos, como brasas, de las fieras, y oye los aullidos que el hambre les hace lanzar. En esos momentos es cuando el diablo se esfuerza más por perder a los hombres; ya son risa que resuenan como divinas músicas en los oídos del anacoreta, cansado de la quietud, ya es balido de un corderillo, ya choques de armas o rugidos o rugidos de león. En torno a su lecho aparecen extraño seres, con pezuñas y orejas de asno, o leones alados, con pico de ave, o caballos con la cabeza al firmamento y exigiendo adoración; o bien la tentación viene de una mujer, al parecer pobre y humilde, que dice haber atravesado el desierto para escuchar el santo; mas cuando, a la noche, se tiende a dormir a los pies del penitente, se transforma en perversa seductora. Entonces el santo se arroja a una cisterna, con agua helada hasta la cintura, para sofocar el ardor de la sangre.
El caso más típico es el de los santos estilistas y en primer lugar el del primero y más grande entre ellos, SAN SIMEÓN EL VIEJO. Nacido en Cilicia (Asia Menor) hacia el año 390, inició la vida monástica en el seno de una comunidad de un centenar de miembros; en busca de una vida más austera, pasa al eremitismo (anacoreta o solitario, monachus: uno sólo), se da el término de nuestro nombre: EREMITA URBANUS. Recluido durante tres años en una pequeña celda donde su mortificación del cuerpo y del alma, le lleva a no comer en toda la cuaresma; luego se aísla durante cinco años dentro de un cercado en la cumbre de una colina, atado a una cadena de hierro hasta que un obispo le hace notar que su voluntad hacía innecesaria aquella atadura material; los dos años siguientes sobre un pedestal, luego sobre tres columnas sucesivas, cada vez más elevadas, y para acabar en lo alto de una poderosa columna de más de diecisiete metros de altura, sobre cuyo capital pasó los treinta últimos años de su vida (429-459). (HENRI-IRÉNÉE MARROU, Nueva historia de la Iglesia, tomo I, Desde el Concilio de Nicea hasta la muerte de San Gregorio Magno, Ediciones Cristiandad, Madrid, 1964, pág. 412 y sgtes. 598 páginas).
Extraña ascensión en el santo parece elevarse cada vez más por encima del mundo para estar en todo momento cerca de Dios; pero en principio esto había sido un medio para aislarse (sólo) más de los hombres, porque debido al carácter heroico de sus hazañas el solitario suscitaba naturalmente la curiosidad, la admiración, la piedad de las multitudes. Las gentes acudían de todas partes a pedirle oraciones, intercesión, milagros, justicia, consejos (es precisamente en el equilibrio, en lo sensato de semejante dirección espiritual donde mejor podemos discernir lo que había de auténtica santidad bajo las apariencias excéntricas de tal personalidad del santo estilista).
Y de hecho la columna de SAN SIMEÓN se convertirá en meta de asiduas peregrinaciones, y seguirá siéndolo después de su muerte cuando se construya en torno a ella la gran basílica cruciforme cuyos imponentes restos podemos admirar todavía (Kala´at Sem´ân), según el Profesor MARROU.
SIMEÓN EL GRANDE tendría imitadores y émulos como DANIEL EL ESTILISTA, , que lo visitó dos veces; comenzó también como cenobita, recluido, luego instalado sobre varias columnas sucesivas en Anaplus, a orillas del Bósforo, de 460 a 493; fue consejero del emperador, de la emperatriz, de los Grandes, durante del Imperio de Constantinopla. Igualmente SIMEÓN EL JOVEN, de Antioquía de Siria, del que se dice que fue estilista desde la edad de siete años hasta su muerte en 592 a la edad de setenta y cinco años, director espiritual y taumaturgo.
No es éste el único género de realizaciones extraordinarias que encontramos: se habla de recluidos en cuevas, en sepulcros, en huecos de los árboles, incluso en una jaula suspendida; hay ascetas que resisten de pie días y semanas hasta que sus fuerzas se agotan, y que se alimentan sólo de hierba y de raíces…

La conquista de la cultura según ¿Togliatti - Gramsci?

Se produce la paradoja de que los marxistas se hagan portavoces de las ideas liberales.
En la vida de toda sociedad hay dos instituciones que tienen una importancia capital: la familia y la enseñanza.



Desde hace varios años, algunos de los partidos comunistas europeos tienden a presentarse ante la sociedad con una imagen distinta de la que habitualmente se había tenido de ellos. No hay ninguno hoy que no haga públicas protestas del más acendrado amor a la democracia pluralista. Hasta hace muy poco, esos partidos encarnaban a la perfección el modelo leninista, según el cual el partido comunista debía encaminarse a la conquista violenta del Estado como medio para la instauración de la dictadura del proletariado. Sin embargo, ante el avance que el partido comunista italiano ha obteniendo en el curso de los últimos años, incluso al cambio de nombre por Partido de la Izquierda Democrática…Algunos de los partidos comunistas europeos – el francés, el español -, se preguntaron por qué los italianos triunfaban y ellos no, o al menos no con la misma rapidez, y poder así aplicar los mismos remedios.

La respuesta, como lo ha puesto de relieve AUGUSTO DEL NOCE (1910-30 nov- 1989), (*) está en que el partido comunista italiano ha venido inspirándose no exactamente en LENIN (1860-1924) sino en uno de sus propios fundadores, ANTONIO GRAMSCI (1891-1937). (*).

Mientras en el marxismo marxismo-leninismo, la sociedad civil se identificada con las relaciones económicas, para GRAMSCI se identificaba con las relaciones culturales. Para CARLOS MARX (1818-1883), lo económico era lo primario; para GRAMSCI, será la cultura. Puede parecer que nos encontramos aquí ante un problema propio de la academia marxista, y en cierto modo lo es, pero no puede olvidarse que ambos persiguen la misma meta: la implantación de la dictadura comunista.
Como buen marxista, GRAMSCI, y sus seguidores, llevan a la práctica su teoría, y las consecuencias de ese giro, aparentemente académico, han sido políticamente importantes: la lucha armada leninista por la conquista violenta del Estado (el Palacio de Invierno de los ZARES) para la lucha no violenta, pacífica, para la CONQUISTA DE LA CULTURA. Conquistada ésta, el Estado CAERÍA SÓLO, COMO FRUTA MADURA. La operación que esta en juego consiste en la sustitución de la cultura tradicional Europa, fundamentalmente católica, por una nueva cultura, que es la marxista. Siguiendo el proceso dialéctico hegeliano-marxista se trata, en definitiva, de aislar a la clase dirigente de la sociedad, de modo que se convierta en clase “dominante”. Para ello, hay que conseguir que las grandes masas se separen de las ideologías tradicionales. Como puede observarse, se intenta producir en el terreno cultural la aplicación leninista de la fuerza subversiva y revolucionaria: aislar psicológicamente un Gobierno de su pueblo.
Esta táctica se está desarrollando sobre todo en países de tradición católica. La razón estriba en que primero quieren crear las condiciones que faciliten la aceptación de una filosofía materialista, marxista. Varios siglos de filosofía anticristiana han conducido en otros países a una sociedad vacía de Dios, agnóstica, liberal; se han puesto así las premisas para que MARX no sólo haya podido surgir, sino también para que pueda ser aceptado: este es el vacío que quieren producir en sociedades de tradición católica, en las que hasta ahora esas ideas filosóficas sólo habían influido en círculos restringidos.

Se produce así la paradoja de que los marxistas se hagan portavoces de las ideas liberales. Se descubre que muchos marxistas se dedican en estos países a traducir a filósofos anticristianos, ateos, a propagar la llamada “teología de la secularización”, a defender una sociedad de consumo materialista, a fomentar la inmoralidad pública y privada, porque la unidad que reina entre el pensamiento y la vida, hace que quien no quiera vivir cristianamente busque una justificación que ellos están dispuestos a facilitar.
La operación que los marxistas están intentando llevar a cabo es delicada y nada fácil. Requiere sobre todo tiempo – y hay que reconocer que hasta ahora no les está constancia - , porque para efectuar este trasplante hay que cambiar el modo de pensar de la gente, hay que crear un sentido común nuevo, tanto de pensar y de sentir, ya que no se trate de convertir al comunismo a unas personas, sino a toda la sociedad. ¿Cómo puede conseguirse este objetivo? Utilizando todos aquellos medios por los cuales se difunde habitualmente la cultura: la imprenta – editoriales, medios de opinión pública – y la escuela.
Basta pararse a pensar un momento lo que está ocurriendo desde hace algunos años, para darse cuenta de que esa siembra cultural está ya en marcha y ha dado sus frutos. En cualquier libraría de hoy se puede comprar un libro de MARX, de LENIN, del CHE, de FIDEL, de CHAVEZ o de cualquier otro marxista – las traducciones proliferan asombrosamente – al precio económico de una edición de bolsillo. Las antologías y los estudios sobre próceres marxistas o socialistas del país que sea, tampoco escasean. En las revistas de actualidad también se observa un cambio en los últimos tiempos, y muchas de ellas no esconden sus simpatías. ¿Qué ha pasado? La explicación estriba en que la labor de proselitismo marxista es continua, especialmente en los medios intelectuales, puesto según GRAMSCI, son los intelectuales – marxistas – quienes han de operar ese ámbito CULTURAL.
Pero los intelectuales, como todo el mundo, se forman en la escuela. Por eso el dominio de la escuela es esencialmente importante en esta nueva versión del marxismo. El efecto multiplicador de este programa de actuación es enorme.
En muchos de estos países se está produciendo un auténtico asalto a las cátedras de enseñanza no sólo universitaria, sino también de enseñanza media. Buena prueba de ello es que desde hace poco tiempo el fenómeno contestatario, hasta entonces reducido al –ámbito universitario, ha comenzado su aparición en colegios y escuelas. Este panorama no es tampoco un misterio, y con frecuencia, en ambientes universitarios, se conoce y se habla de que determinada Facultad, por ejemplo, está en manos de marxistas. El acceso masivo a la enseñanza universitaria ha producido un aumento del cuerpo docente, que ha provocado un reclutamiento apresurado: en muchos países europeos y americanos, los marxistas abundan entre el profesorado joven. En determinado país, desde hace unos años, el partido comunista, para fomentar que sus militantes se dediquen profesionalmente a la enseñanza media, menos aparente, pero de decisiva influencia – especialmente en materias humanísticas -, les abona una cantidad igual a la que cobran del Estado.

Esta penetración e infiltración en el campo de la enseñanza no se limita sólo al aspecto docente, sino que se extiende además a todos los campos relacionados con la educación. Especial importancia tienen aquellos puestos de carácter ejecutivo; desde el concejal encargado de asuntos educativos en un pequeño municipio, hasta puestos de alcance nacional, como puede ser, los diversos ministerios, comisiones legislativos, administraciones públicas de carácter público provincial o regional, colegios oficiales, etc., según la estructura político-social de cada país en concreto.
Así, una vez más en la Historia, se cumple hoy la profecía del Segundo Salmo:

¿Por qué se han revolucionado las naciones
Y han concebido vanos planes los pueblos?
Se han rebelado los reyes de la tierra
Y los jefes se han puesto de acuerdo contra el Señor
Y su Cristo,
(Diciendo:)
“Rompamos sus lazos
Y soltémonos de su yugo”.

*UN DESAFÍO ACTUAL

Dentro de la preocupación que los católicos han de poner para articular la sociedad en que viven a la Fe católica, la enseñanza ocupa un lugar principal, porque representa el vivero donde las futuras generaciones recibirán una educación conforme a su fe. Para reformar la sociedad, hay que formar primero a quienes la integran. La enseñanza es, por tanto, uno de los puntos básicos del esfuerzo por cristianizar la sociedad, por santificarla.
En la vida de toda sociedad hay dos instituciones que tienen una importancia capital: la familia y la enseñanza. De cómo sean ambas depende la formación de las generaciones futuras y depende, por tanto, la sociedad de mañana. Son dos puntos en los que el cristiano debe luchar sin tregua, especialmente en los tiempos actuales en que están siendo violentamente atacados desde muchos lados, y en los que la desorientación doctrinal que reina, hace que muchos no conozcan apenas la verdad católica en a temas tan importantes.
Es evidente que, merced a la campaña de descristianización de la sociedad hoy en boga, está peligrando la fe de muchos, con dimensiones masivas. Y esta situación debe urgir al cristiano a realizar con más fe y más constancia su tarea de conformar la sociedad a las exigencias de su fe. Sería lamentable que una vez más los hijos de las tinieblas fueran más astutos que los hijos de la luz. La situación actual debe ser una llamada a un apostolado más intenso, más decidido, sin dejarse vencer por unos respetos humanos, que no poseen en absoluto quienes están empeñados en poner en juego la salvación de tantas almas.
En ese aspecto, es urgente librar bien la batalla por la libertad de enseñanza. Cuando, en ocasiones como las que vivimos, la opinión pública es sorprendida por manifiestos que contradicen esa libertad, la respuesta ciertamente no se hace esperar y son muchos los padres de familia y las personas honradas que protestan públicamente por el desconocimiento de ese derecho natural. Sin embargo, en ocasiones, no puede dejar de pensar que una vez más hemos llegado tarde. Parece como si quienes detentan la verdad de la fe, estuviesen destinados a mantener una actitud meramente defensiva.
Ante la escalada marxista en el terreno de la cultura no cabe una actitud pasiva. Hay que poner los medios para impedir la maniobra marxista pueda tener éxito, y la urgencia de la situación ha de llevar a frustrarla en sus mismos puntos de partida. No son tiempos para dejarse atentar por slogans, para dejarse enredar por tácticas envolventes ante la opinión pública. Y en el terreno de la enseñanza la tarea es más urgente.
Nos encontramos, efectivamente, ante un ataque frontal, abierto y solapado a la vez, contra la libertad de enseñanza. Los argumentos que se utilizan son los mismos de siempre, porque después de tantos años no es fácil ser original en este terreno. Convendrá ciertamente repetir una y otra vez la doctrina acerca del derecho de la familia y de la Iglesia en este terreno, porque la repetición ayuda a que no se olvide y facilita que quienes se acercan por primera vez a este tema, puedan conocer la doctrina de la Iglesia. Pero no basta ya con tener clara esta doctrina, sino que, dada la magnitud de la operación en curso, hay que dar doctrina a discreción y hay que actuar en consecuencia, venciendo la comodidad y la pereza. Cada uno en su sitio – el legislador como tal, el funcionario como tal, el profesor como tal, el periodista como tal, etc., - en la vida pública y en la vida privada, ha de oponerse de modo efectivo a la maniobra que se está realizando, siendo consecuentes con su fe.


La fe tiene que defenderse a todos los niveles. Cualquier tipo de neutralismo es resultado de la ignorancia, de la comodidad o de la inseguridad en la fe que se profesa; por eso los marxistas lo defienden hoy, como ayer los liberales. DIOS, la Iglesia, la fe no son cuestiones privadas, no son una opinión más que se tolera. Al contrario, precisamente porque la fe católica se refiere al bien de cada alma, se refiere también al bien de la sociedad y de sus instituciones, que tienen por fin principal facilitar que los hombres alcancen la gloria eterna. De ahí que luchar con todos los medios nobles por impedir que la sociedad pueda ser corrompida – y el marxismo es una enorme corrupción – es, en definitiva, luchar por impedir que quienes tengan ya una conciencia desviada cuenten con instrumentos que hagan más difícil su conversión, y evitar que se facilite a las almas su descamino. Es un deber de todo cristiano.
La lucha por la libertad de enseñanza ha de ser una lucha positiva. Quien lee algunas de las declaraciones marxistas puede sacar la impresión de que la enseñanza privada está viviendo sus días de mayor esplendor, lo cual es una falsedad. Los países donde se ha orquestado toda esta campaña de acción psicológica no brillan precisamente por su amplitud de miras en este terreno. Por el contrario, la enseñanza privada encuentra dificultades. Se produce así la curiosa situación de ser atacada por unos sin ser amparada por otros.
Hay que exigir que el Estado ayude y facilite la enseñanza privada, ya que en este terreno su función es subsidiaria. Son muchos los puntos en que se puede mejorar, y hay que defenderlos, teórica y prácticamente. Entre ellos está la libertad de los padres de familia para poner colegios; el derecho de recibir como subvención, al menos una cantidad igual por puesto escolar a la que el Estado gasto en centros estatales – lo que plantea el interesante problema de conocer el costo real del puesto escolar oficial, determinado con criterios contables paralelos a los empleados en el sector privado -; el derecho a la libre contratación del profesorado; a la libre elección del texto escolar y el programa de enseñanza del contribuyente; la necesidad de la enseñanza de la religión, y más en momentos como los actuales, etc.


Hay que convencerse y convencer de de que el modo mejor de impedir el copamiento marxista de la cultura y de los centros de enseñanza es, por encima de todo, la defensa de la sociedad cristina, la promoción de la libertad de enseñanza, la oposición a las tendencias centralizantes y planificadoras de Estado, que no hacen sino facilitar la conquista marxista mediante el control de centros de decisión propios de una estructura ya de por sí estatista.
En definitiva, creer que un educando es “persona” no es ni un saber científico ni tan siquiera una opción política; ahora bien, es aquella hipótesis que le permita al educar amar a sus educandos. Pero, ni el amor a los educandos en el acto pedagógico, ni el amor a los conciudadanos en los actos social y político llega a su plenitud. Trabajando con sacrificio en el advenimiento del amor queda al descubierto la exigencia de “Otra Cosa” o de “Otra situación”, desde la cual nos entregamos a la Historia. El amor pedagógico puede entenderse como un eco de lo absoluto – “DIOS creó al hombre a su imagen: lo creó varón y mujer”; Génesis, I, 27- . El Absoluto no se desentiende de cuanto ha lanzado amorosamente a la existencia – “DIOS ama todo cuanto existe y no abomina nada de lo que hizo”, Sabiduría: XI, 24 - .

* NOTAS:

(*): AUGUSTO DEL NOCE: eminente profesor de filosofía política italiano y senador vitalicio por el P. D. C.
Véase: “Augusto del Noce, filósofo católico del Siglo XX”, por Gabriel S. P. Pautasso, revista GLADIUS, nº 50, Buenos Aires, 2001, p. 67.
“Italia y el Eurocomunismo: una estrategia para Occidente” por Augusto Del Noce, Madrid, Emesa, 1977.
“Antonio Gramsci: Cuadernos de la Cárcel” por Flavio Capucci, Madrid, Emesa, 1978.
“Gramsci. Comunismo latino” por Rafael Gómez Pérez, Nt Eunsa, Pamplona, 1977.
“Antonio Gramsci y la revolución cultural” por R. P. Alfredo Sáenz, S. J., Buenos Aires, varias ediciones.
(*): “El abismo entre TOGLIATTI, dirigente efectivo del P.C.I., y GRAMSCI estaba abierto. Las alternativas eran dos: o la confrontación, o el silencio. Parece ser que este último fue la tónica general de las relaciones de GRAMSCI con el P.C. I. “Pues bien, durante estos 11 años, lo único cierto es que entre los dos existió el silencio, signo de ruptura grave – dice el biográfo de TOGLIATTI sobre las relaciones de éste con GRAMSCI – y, para GRAMSCI irremediable, tras los años de vida común y de férrea colaboración intelectual”, Es de notar que el prisionero comunista – en todo ese tiempo – “no expide ni una sola línea al secretario de su partido, ni tampoco la recibe” (GIORGIO BOCCA, “PALMIRO TOGIATTI”).
“Sin embargo, TOGLIATTI había guardado celosamente en Moscú los originales de los Cuadernos. Y en 1938, durante su estancia en Barcelona (guerra civil española) comienza a estudiar sus fotocopias a fondo, para iniciar lo que, con notable acierto, denomina GIORGIO BOCCA “LA OPERACIÓN GRAMSCI”. (“Palmiro Togliatti”, p. 373). El partido comunista italiano camina con pies de plomo en el terreno de las definiciones ideológicas y políticas. Aún hay algo más significativo, que es el método empleado por PALMIRO TOGLIATTI para dar a conocer el pensamiento de GRAMSCI. No se trata de una exposición cronológica ni de conjunto de su obra, ni en vinculación con las condiciones históricas en que esta se produce. Es una publicación exclusivamente temática. De los temas que le interesan a TOGLIATTI. Así, en principio, no están presentes las publicaciones anteriores a su encarcelamiento, tan importantes como los documentos referentes a la experiencia consejista (consejos de fábrica) en el movimiento obrero. De este modo, hasta 1956, en que verán la luz los escritos de GRAMSCI, la visión de TOGLIATTI sobre la producción gramsciana será únicamente “cultural” o “ideológica”. Y GRAMSCI será utilizado así para la política – cada vez más reformista – del P. C. I., sirviendo directamente “al crecimiento cultural del partido y a su propaganda”. “El GRAMSCI revisado y recortado, el GRAMSCI democrático, amable, humanista, sirve para las amplias alianzas y no anima la formación de movimientos que se coloquen a la izquierda del P.C.I. Un GRAMSCI mutilado que servirá para los dos objetivos reformistas de la política del P.C. I.: “para conquistar gradualmente la hegemonía política y, que, al mismo tiempo se asegure la hegemonía cultural” (“Palmiro Togliatti”, p. 373). (Véase, “Revolución socialista e idealismo en Gramsci”, de J. IGNACIO LACASTA, Editorial Revolución, Madrid, 1981, p. 79 a 81).

martes, 22 de julio de 2008

El combate espiritual


Hoy no se combate al Cristianismo solamente en uno de sus fundamentos o en una de sus consecuencias: es atacado directamente en su corazón.

Cada época tiene sus herejías. También cada época ve renovarse el principio de los ataques contra la fe. Desde la antigüedad – desde su fundación - , el Cristianismo no deja de ser atacado, pero no siempre por el mismo lado, ni por la misma clase de adversario, ni con las mismas armas. Unas veces son los fundamentos históricos de nuestra creencia los que parecen sacudidos: la crítica de la exégesis bíblica, la historia de los orígenes cristianos, la de los dogmas y las instituciones de la Iglesia fueron el motivo de la contienda. Otras veces se desplaza al terreno de la metafísica. Entonces se niega la existencia de una realidad superior a las cosas de este mundo, o se la declara incognoscible; el pensamiento se repliega a posiciones inmanentes; o pretende, por el contrario, dividir el campo todo del ser y no dejar nada fuera de la razón que debe comprenderlo todo. Y como consecuencia, sin perjuicio de las objeciones más particulares contra tal o cual dogma, lo que desaparece es la idea de la creencia en un misterio. Frecuentemente los historiadores y metafísicos son revelados o reforzados por los políticos: éstos acusan, más bien denuncian, en la Iglesia, lo que ellos llaman sed de dominación terrena; muchos de ellos, no contentos con oponerse a toda injerencia de la Iglesia en el Estado, quieren acabar también con toda influencia cristiana sobre acabar también con toda influencia cristiana sobre el correr de los asuntos humanos, y los más ambiciosos llegan hasta rechazar, en beneficio del Estado, en beneficio del Estado, esta distinción entre temporal y espiritual que el mundo debe al Evangelio. Vienen, finalmente, las objeciones de orden social, objeciones tan fuertes tan fuertes e insistentes que nos ha parecido más de una vez preponderantes. Hace poco tiempo todavía, el primer cuidado de buen número de apóstoles acaso no era otro que probar, con la exposición de la doctrina social católica y con un esfuerzo de realizaciones sociales, que la religión no era “el opio del pueblo”, que la Iglesia no se desinteresaba de la suerte del hombre en la tierra y que, madre de todos, no tiene ninguna alianza con los ricos y los poderosos.

Ninguno de estos tipos de objeciones se ha desterrado hoy. En ninguno de estos sectores pueden aflojar nuestra vigilancia. Sin embargo, el ataque principal viene de otro lugar. Lo que está en primer plano, si no siempre al descubierto, sí en realidad, no es problema de orden histórico, metafísico o político social. Es un problema ESPIRITUAL. Es un problema humano total. Hoy no se combate al Cristianismo solamente en uno de sus fundamentos o en una de sus consecuencias: es atacado directamente en su corazón. La concepción cristiana, la espiritualidad cristiana, la actitud interior, que antes que todo acto particular y gesto exterior define al cristiano, eso es precisamente lo que motiva el ataque. ¡Qué tímidos parecen ahora aquellos hombres que, al conservar el Evangelio! O los que se pretendían liberarse de toda autoridad, de toda fe, pero que se reconocían seguidores de principios venidos de fuente cristiana. “Librepensadores” muy poco atrevidos, muy pocos “liberados” aún. Sus sucesores no dejan de ridiculizar su falta de lógica y su impotencia, englobándolos en el mismo desprecio que a los creyentes. Los actuales no comprenden eso de contentarse con “la sombra de una sombra”. No tienen ningún deseo de alimentarse del perfume de un vaso vacío. Vierten en el vaso un licor diferente por completo. Este “otro” es el cristianismo que derrocan y que reemplazan. JESÚS había operado una “subversión de valores”; lo que ellos hacen también es, a su vez, una subversión de valores. Al ideal cristiano oponen un ideal pagano. Contra el Dios que adoran los cristianos, ponen con toda fiereza nuevas divinidades. Haciendo esto tienen conciencia de que se ocupan de lo esencial y que de un golpe hacen lo demás, pues profesan con SCHOPENHAURER, que “es el espíritu y la tendencia moral lo que constituye la esencia de la religión y no los mitos de los que está revestida”. (Schopenhauer, Le monde comme volonté et comme représentation. Suplemento al 1. IV. Capítulo 48).

(Recensión de HENRI DU LUBAC, “El drama del humanismo ateo”, Ediciones y Publicaciones Españolas, Madrid, 1967, 2ª edición, 462 páginas. - Páginas. 128 al 130. Prólogo: Navidad 1943).


MARÍA SALVADA POR MARÍA
(Del Diario francés “Présent”, los días 2 y 15 de abril de 2008)

Los periodistas estaban pasmados. Algunos decían en la audiencia que acababan de presenciar, con lágrimas en los ojos y estremecimientos de emoción en la voz: “Hemos asistido a una confrontación de la pureza frente al mal absoluta, una lucha entre el bien y el mal”, dijo el enviado especial de RTL. Y venció el bien. Por fin, MICHEL FOURNIRET, el asesino y violador serial con ocho asesinatos confesados – su pareja lo acusa de once – no ha podido escaparse. La pequeña MARÍA ASCENSIÓN de 13 años, puso un punto final a las actuaciones del dúo diabólico.
El lunes, frente al tribunal, la que permitió su detención, hizo frente al “monstruo de las montañas”. Alta y hermosa, como irradiando la sabiduría y la serenidad, la joven belga lo encaró en los ojos. Su relato desgarrador, en el cual la perversidad y la violencia del acusado aparecieron en toda su crudeza, conmocionó a toda la asistencia.

“El 26 de junio de 2003, contó ella, he sido raptada por MICHEL FOURNIRET. Me preguntó su camino y se lo indiqué. Quería que lo acompañe y me negué. “No debes tener miedo, soy padre de familia, profesor, tengo 61 años. No está bien desconfiar de mí”. FOURNIRET la hace subir en su camioneta y arranca a toda velocidad: “Te llevó a Dinant porque desconfiaste de mí”. MARÍA ASCENSIÓN empieza a temblar de miedo. Reza a la Virgen María con todas sus fuerzas: “Confié mi camino a María”. Su raptor la ata de pies y manos y manosea con comentarios odiosos. El perverso ha comenzado un proceso hasta entonces irreversible.
“Gritaba sin parar, cuenta MARÍA ASCENSIÓN, entonces puso su mano derecha alrededor su garganta apretando muy fuerte…”. MARÍA ASCENSIÓN le pregunta “si forma parte de la pandilla de Dutroux”. “Soy peor que Dutroux”, le contesta. Pero la pequeña MARÍA tiene el alma pura: “Pensaba en mis padres que habían evitado que muriese en el Burundi (país de África asolado por la guerra; su familia se había refugiado en Bélgica) y ahora los iba a decepcionar…”. Atada atrás, MARÍA ASCENSIÓN llora rezando en voz alta cada vez más fuerte. “¡Cállate o te mato!” le grito FOURNIRET. Ella ve a lado del conductor una carta de los Países Bajos, de Bélgica y de Francia: “Pensé: está todo terminado, y toda mi vida me volvió a la memoria”.

En ese momento pasaban cerca del gran santuario mariano de BEAURAING. La niña sintió aflojarse las cuerdas de sus piernas. Se libera y con los dientes consigue liberar a sus manos. Ve un botón: Apretar para abrir”. Lo acciona. La puerta lateral corrediza se abre con estruendo. MARÍA ASCENSIÓN salta y huye corriendo. Detiene a una automovilista que la lleva a la comisaría. En el camino se cruzan con el vehículo de FOURNIRET que se volvió atrás para recuperar a su presa. Anotan entonces el número de patente que permitirá a la policía belga detener a FOURNIRET y a MÓNICA OLIVIER. Ese mismo día. Los policías no sabían todavía con quien se iban a enfrentar.

Más tarde, FOURNIRET a quien no le molesta una mentira y un engaño más, pretenderá mostrar que ese rapto fue “un fracaso voluntario” para dar fin a su carrera criminal.

En la audiencia FOURNIRET no contestará nada a la víctima que lo descubrió salvando así ciertamente a otras vidas. El asesino había revelado en una carta a su hijo sus intenciones con respecto a MARÍA ASCENSIÓN: “¿MARÍA? Es evidente que le hubiera arrancado los ojos y los miembros, viva, con un placer infinito”. Repite que quiere un juicio a puerta cerrada y se hunde nuevamente en una especie de sopor con los ojos medio cerrados.

El abogado general FRANCIS NACHBAR se inclina delante de la testigo: “Usted ha sido mucho más fuerte, mucho más inteligente que FOURNIERT; usted salvó su vida y la de muchas chicas más. Por ese motivo quisiera felicitarla y agradecerle”. El presidente GILLES LAPATIE quiere saber cómo MARIA ASCENSIÓN se repuso de este episodio traumatizante y si fue atendida por psicólogos. “Allí está la gracia”, contesta la joven, “no lo necesité”.

Es por su devoción a la VIRGEN MARÍA que la niña pudo liberarse. La prensa belga y sobre todo la radio y la televisión hicieron el “Black-out” sobre este hecho, mencionando solamente los “gritos” de la joven. La prensa francesa habló vagamente de “gritos y oración” de una joven muy creyente.

Es pasando cerca de BEAURAING, lugar en el cual la Santísima Virgen se apareció en 1932-1933, que MARÍA ASCENSIÓN pudo deshacerse de sus ataduras. Y ES A BEAURAING DONDE LA CONDUJO LA AUTOMOVILISTA QUE LA LLEVÓ Y QUE ANOTÓ EL NÚMERO DE PATENTE DE LA CAMIONETA BLANCA.

APARICIÓN DE LA VIRGEN EN BEAURAING, BÉLGICA. EL 29 DE NOVIEMBRE DE 1932 – 3 DE ENERO DE 1933.

Diario Pampero nº 72 Instituto Emerita Urbanus, del 20 de julio de Pentecostés del año del Señor de 2008
LAUS DEO TRINITARIO.

jueves, 17 de julio de 2008

La Asamblea que condenó a Jesucristo


Durante el proceso de Jesucristo se cometieron hasta veintisiete irregularidades contra la legislación penal y procesal del pueblo hebreo.

Los hermanos LÉMANN, AUGUSTIN (1836-1909) y JOSEPH (1836-1915), judíos de nacimiento y religión mosaica, se convirtieron a la fe cristiana y posteriormente abrazaron el sacerdocio católico. Enseñaron hebreo y Sagradas Escrituras en la Universidad Católico de Lyon (Francia). AUGUSTIN es autor de la célebre Historia completa de la idea mesiánica en el pueblo de Israel. A JOSEPH se le debe una monumental investigación histórica sobre La incorporación de los judíos a la sociedad francesa y a los Estados cristianos.

La finalidad era estudiar bajo un doble aspecto el sanedrín que juzgó a Jesucristo: primero en sus miembros, luego en sus actos. Ahora bien, ¿qué nos ha revelado las investigaciones – que nos atrevemos a calificar de leales y escrupulosas – que hemos realizado?
En sus miembros, esta sala de lo criminal se nos ha presentado como un conjunto de hombres en su mayoría indignos de las funciones que desempeñaban: sin piedad, ni rectitud, ni moralidad. Hasta los propios historiadores de su propia nación les condenan.
En sus actos, es decir, en su forma de proceder, hemos constatado barbaridades sin nombre… ¡veintisiete irregularidades, de las cuales una sola bastaría para revocar el juicio! Hemos determinado estas irregularidades confrontándolas con el derecho penal hebraica entonces vigente; todavía se descubrirían más si se revisase el proceso de JESÚS según el derecho, más delicado y perfecto, de los pueblos modernos.

Ningún valor moral en los jueces, ningún valor jurídico en su sentencia: ¡tal es, oh israelitas, la opinión que emitimos y que emitirá con nosotros todo espíritu sincero y toda conciencia honesta tras haber leído estas páginas!
Pues bien, permitidnos que os preguntemos: ¿no existe para todo israelita una razón de honor, una razón de justicia, que oblicua a no dar por bueno el verdadero sanedrín antes de haber examinado uno mismo normal; la prueba es el extraño procedimiento que se siguió con Él. Es evidente que descubrir una irregularidad en un proceso no supone justificar al acusado, pues puede ser efecto de la inadvertencia o del azar. Pero cuando en toda la trama de un procedimiento, cuando desde el principio hasta el final de una sesión judicial, uno ve desarrollarse y sucederse, una tras otra, veintisiete irregularidades, todas ellas graves, todas ellas escandalosas, todas ellas consentidas con terquedad, ¿no es una prueba irrefragable de que el acusado víctima de tales procedimientos era una persona especial? ¿Quién era pues este extraño acusado?

El día que entró triunfalmente en Jerusalén (cinco días antes de su proceso), los judíos venidos de lejos para asistir a las fiestas de Pascua, venidos del país de los partos, del país de los medos, de Persia, de Mesopotamia, del Ponto, de la Frigia, de todas las llanuras conocidas de Asia, de los confines de Libia, de la Cirenaica, de Creta, de Egipto, de Arabia, de Roma… esos judíos, ante el espectáculo de su triunfo y del entusiasmo popular, se preguntaron, cada uno en su lengua: “¿quién es Éste?” (Mat. 21, 10).
El espectáculo de la injusticia, oh israelitas, más aún que el del triunfo, exige hoy que os plantéis a vosotros esta cuestión. ¿Quién es Éste, contra el cual volcó el sanedrín toda justicia? ¿Quién es Éste, que sólo dulzura opuso a la violencia de sus jueces? ¿Quién es Éste, que bebió el agua amarga del Cedrón como David, y que fue vendido como José? A diecinueve siglos de distancia, una vez apagado el tumulto y extinguidas las pasiones, cualquier leal israelita puede resolver fácilmente esa cuestión con la Biblia en la mano.
En cuanto a nosotros, hermanos vuestros según la carne, hace veinte años que sabemos quién es Él; y jamás volvemos sin profunda emoción nuestros ojos y nuestros corazones hacia esa página de nuestra Biblia inspirada, que nos vais a permitir colocar ante vuestros ojos. Meditadla, ¡oh israelitas! Os revelará quien era el condenado por el sanedrín, al mismo tiempo que os hará conocer cuál debe ser, aquí abajo, el último acto del pueblo judío antes de entrar, con sus tribus y sus familias, en la tierra prometida de la Iglesia, y más tarde en la tierra prometida de la eternidad.

He aquí esta página del profeta ZACARÍAS: “en aquel día protegerá Yahveh Jerusalén, y el más vacilante entre ellos llegará a ser a la sazón como David será la cabeza de ellos como Dios (…) Y derramaré sobre la casa de David y sobre el habitante de Jerusalén espíritu de favor y de plegarias, y contemplarán a aquel a quien traspasaron, y plañirán por él cual suele plañirán por él cual suele plañirse por el hijo único, y se hará duelo amargo por él como suele hacerse por el primogénito (…). Y plañirá la tierra, cada familia por separado: la familia de la casa de David aparte, y sus mujeres aparte; la familia de la casa de Natán aparte, y sus mujeres aparte; la familia de la casa de Levi aparte, y sus mujeres aparte; la familia de la casa de Semi aparte, y sus mujeres aparte; todos los linajes restantes, linaje por linaje aparte, y sus mujeres por separado (…) Diránle entonces: “Qué significan esas heridas en tus manos? “Porque fui herido en casa de mis amigos”, contestará (…). Él invocará mi nombre, y yo le atenderá y diré: “Tú eres mi pueblo”; y él dirá: “Yahved es mi Dios” (Zac. 12, 8-14 y 13, 6-9). (*)
Ante esta descripción, ante ese diálogo, ante esas llagas en la manos y en los pies, ¿quién de vosotros, ¡oh israelitas!, no reconocerá, si obra de buena fe y si la gracia se digna alcanzarle, el Hombre-Dios condenado por el sanedrín? Porque las Escrituras os dicen su nombre: ¡era el Mesías, el Señor! Y NUESTROS PADRES, ¡AY!, no le conocieron. Pero sus hijos le reconocerán un día; cada uno de ellos dirá: ¡Señor mío y Dios mío! Y, al reconocerle, le pedirán contemplar las llagas de sus manos y sus pies; y acercarán sus labios a esas llagas; y sobre esas llagas dejarán correr torrentes de lágrimas. Y la tierra se conmoverá ante ese espectáculo; todos los hombres llorarán con ellos, “cada familia aparte, cada linaje aparte”.

Ese día de sublime y emotivo reconocimiento, a nosotros que escribimos estas páginas no nos será dado contemplarlo en la tierra: la habremos abandonado mucho tiempo antes. Pero, desde lo alto del cielo, donde Dios, así lo esperamos, nos dará la gracia de recibirnos, nos uniremos a nuestro pueblo convertido y arrepentido. En el cielo ya no hay lágrimas; y por eso pediremos prestadas, para ofrecerlas a Dios, las lágrimas de nuestro hermanos: la casa de David, casa de Natán, casa de Levi, casa de Simi, cuando resplandezca el día de ese sollozo (“¿qué significan esas heridas en tus manos?”), ese día, ¡ah! Acordaos de dos hijos de Israel, sacerdotes de Jesucristo, que escribieron estas páginas. Y a cambio de las horas que consagraron a este trabajo… ¡verted como homenaje algunas de vuestras lágrimas! ¡Vertedlas, en su nombre, a los pies de Aquél a quien condenó el sanedrín”.

PER CHRISTUM ET CUM CHRISTO PAX SUPER ISRAEL.

(*) Toda la salvación vendrá de Dios. El más débil de los habitantes de Jerusalén se mostrará tan fuerte como David que mató a Goliat. Se cumplirán las reiteradas promesas de fortaleza que vimos en todo el capítulo cap.10. La casa de David será como Dios, santa e invencible, lo cual no puede extrañar, pues que el Mesías será hijo de David. Este resto, purificado por el fuego de la tribulación, se convertirá y Dios le dirá de nuevo: Pueblo mío eres tú. Israel no tendrá que lamentar tan dolorosa y necesaria operación, pues ella traerá como resultado estrechar y hacer más dulces sus relaciones con su Dios. (Véase, Zacarías, p.1294; 1226).

domingo, 13 de julio de 2008

16 de Julio – Fiesta de Ntra. Sra. del Carmen

En su gesta mayor el Libertador Gral. San Martín hizo ostentación firme de su devoción hacia la Virgen.

Cuatro estrellas formando una cruz del sur argentina.

Norte: Generala: Nuestra Señora de las Mercedes. Proclamada por M. BELGRANO. Tucumán y Salta.
Oeste: Mendoza-Cuyo. Virgen Del Carmen. Fiesta el 16 de julio. Proclamada por JOSÉ DE SAN MARTÍN, padre de la Patria.
Este: Buenos Aires. Reconquista y Defensa de Buenos Aires, capital de Virreinato. La Virgen proclamada como Nuestra Señora de las Victorias.
Sur: La invocamos como custodia de nuestra paz y soberanía política ante las apetencias de los señores del mundo del hemisferio norte y como auxiliadora de los cristianos ante la subversión y el marxismo y ateísmo. Proteja Ella, nuestro Sur: Patagonia, Antártida Argentina, Malvinas Argentinas e islas del atlántico sur, pampas argentinas y nuestro mar epicontinental.

Madre, protectora y Generala en los cuatro puntos cardinales.
Hacia los cuatro puntos cardinales:

Norte:
Batallas por la emancipación: Tucumán: 1813 y Salta: 1813.
Libertador: General MANUEL BELGRANO. Acción continuada por el General MIGUEL MARTÍN GÜEMES que también proclamara a la Generala.
VIRGEN GENERALA: proclamada en Tucumán 1812: Nuestra Señora de las Mercedes.

Este:
Buenos Aires. Río de la Plata. 1806-1807. Reconquista y Defensa contra el invasor inglés. Soberanía y Fe afectadas.
LIBERTADORES y RECONQUISTADORES: LINIERS, SAAVEDRA, PUEYRREDÓN, VIAMONTE, etc. porteños y gauchos de la campaña interior.
La Virgen del Rosario es oficialmente proclamada en sus santuarios: Buenos Aires y Córdoba, como Nuestra Señora de las Victorias.

Oeste:
Campañas por la libertad exterior: Mendoza desde 1816, año de la Independencia y Cruce de los Andes.
Chacabuco: 1817. Maipú: 1818. Perú: Independencia: 1820.
Libertador: General JOSÉ DE SAN MARTIN.
Virgen Generala: VIRGEN DEL CARMEN (16 de julio) oficialmente proclamada por SAN MARTÍN.

Sur:
NOSOTROS, herederos de nuestros próceres, hoy, y en los conflictos mundiales de fin y principio del siglo XXI, antes muchos que desde el hemisferio norte codician nuestro patrimonio y suelo patrio, proclamamos a la Virgen Generala como centinela, custodia y generala de todos los argentinos autoconvocados en defensa del bien común y la soberanía nacional.

El Gran Capitán y la Virgen, Santa María:
Heredó de su madre una profunda devoción a la Virgen. La trasmitió luego a sus Granaderos y tropa libertadora y con la Generala, proclamada, cruzó los Andes.
Había heredado tal temperamento de su madre Doña GREGORIA MATORRAS DE SAN MARTÍN. Ya antes de sus campañas libertadoras, SAN MARTÍN había estado bajo la protección de la Virgen en momentos difíciles.
Pero fue en su gesta mayor el Libertador hizo ostentación firme de su devoción hacia la Virgen.
La eligió y nombro oficialmente como GENERALA de sus tropas y puso sobre las casacas de todos sus valientes el escapulario de la Virgen… donando luego a sus santuarios, sus insignias de Jefe y los trofeos de guerra.
SAN MARTÍN en el campamento del Plumerillo del Ejército de los Andes.

A tal fin: recogen varios historiadores serios… una antigua tradición, según la cual, mientras estuvo el Libertador en “El Plumerillo”, solía por las tardes montar a caballo y, en compañía de O’HIGGINS, su gran amigo, inspeccionar el vasto campamento hasta llegar para visitar a una capilla vecina donde se apeaba para visitar el Santísimo Sacramento.
La tradición recuerda que en tanto estimaba el Libertador aquel rincón piadoso, que quiso donarle varios cuadros de su propiedad, verdaderas obras de arte…

Con esto bravos Granaderos, que lo mismo empuñaban la lanza en San Lorenzo, Chacabuco, Maipú y Lima, que desgranaban el ROSARIO junto a las tiendas de campaña, marcó SAN MARTÍN rumbos definidos a la Generación de Mayo, y asombró al mundo con sus proezas guerreras.

ELECCIÓN de la patrona del Ejército de los Andes.

SAN MARTÍN se inclinaba más por el título de la Virgen de las Mercedes. Con ese nombre había bautizado a su hija. En su correspondencia abundan las frases en honor de este título. (Cartas a Pueyrredón, Guido y otros).
Pero, para gran patrocinio, antes de cruzar la gigantesca cordillera, cede la opinión a sus oficiales y los consulta sobre el título mariano a elegir.
Cuenta en su crónica el General ESPEJO:
“Quizá para deferencia hacia sus “compañeros de armas lo sometió a una junta de guerra de los generales y principales jefes, que al efecto reunió en el rancho del cuartel general…
Su resultado se hizo saber después al Ejército de los Andes por la orden que “Nuestra Señora del Carmen había merecido la preferencia…”.

Consagración de las tropas…
SAN MARTÍN dispone, en carta al Gobernador Intente de Mendoza, las ceremonias de “LA JURA SOLEMNE DE LA PATRONA DEL EJÉRCITO Y BENDICIÓN DE SU BANDERA”. (Nota del 1-I-1817).