domingo, 2 de noviembre de 2008

Al Dios y a la Iglesia que alegraron mi juventud


Siempre me admiró la forma cómo la Iglesia Católica se entraba en la vida de los pueblos y de las familias. Cómo sostenía sus costumbres, haciéndose carne de ellas, y cómo a la vez las santificaba.

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Editó Gabriel Pautasso

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