En esta
fiesta, que es la más antigua y más solemne de todo el Ciclo Marial, la Iglesia convida a todos
sus hijos desparramados por el mundo a unirse en el mismo sentimiento de gozo (Inf.) y de agradecimiento a las alegrías
y alabanzas de los Ángeles, que hoy en el cielo ensalzan al Hijo de Dios,
porque su madre ha entrado allí en CUERPO y ALMA en este día (Alel. y Pref.).
Editó:
Lic. Gabriel Pautasso
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