El Progresismo o personalismo, prohíbe al cristiano actuar como tal en el plano político, y sólo lo tolera – en contradicción con las claras enseñanzas pontificias – una actuación político-naturalista en que se asegure la no influencia de la Iglesia en el plano de las instituciones temporales.Por Fray Alberto García Vieyra OP
VER esta nota completa
Diario Pampero nº 91 Cordubensis Instituto Emerita Urbanus
No hay comentarios:
Publicar un comentario