III.
“Cosa es de dolor cómo no hubo en la IGLESIA atalayas, ahora a sesenta o cincuenta años, que diesen voces y avisasen al pueblo de Dios este terrible castigo para que se apercibiesen con PENITENCIA y ENMIENDA y evitasen tan grandísimo mal”.
Editó: Lic. Gabriel Pautasso
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